¿Qué es lo que vuelve loca a una mujer?
Profesionales del sexo revelan sus armas para dejar a las mujeres satisfechas y apuntan las asignaturas que, la gran mayoría de los hombres, tienen todavía pendientes en la cama.
Quien piense que el sexo es algo instintivo y que cuando llegue el momento algo en nuestro cuerpo o cabeza nos dirá lo que hay que hacer, confía demasiado en la madre naturaleza. Los que crean que viendo material porno pueden hacerse con una guía de por donde van los tiros y aplicarla, punto por punto a la realidad, sobrevaloran el poder didáctico de los medios audiovisuales, y quienes aborden el sexo como una materia a estudiar con metodología científica, libros, estadísticas y estudios llevados a cabo por prestigiosas universidades, conseguirán que este pierda toda su magia.
Los caminos que conducen a la sexualidad, con mayúsculas –cuando uno siente lo que realmente significa la palabra placer– son infinitos. Una amiga terapeuta me contó que trataba a una mujer de unos 50 y tantos años que nunca había tenido orgasmos. Era ama de casa y estaba casada y con hijos. Ninguno en la pareja se preguntó nunca si se lo pasaban bien en la cama, o a lo mejor pensaban que eso era todo, y que el sexo realmente estaba sobrevalorado. El marido muere. A ella, en plena menopausia, se le revolucionan las hormonas, empieza a pensar que a lo mejor, en eso de la cama había algo más y un día, mientras ve en televisión, al tiempo que se masturba, consigue correrse. Temerosa, llama a su terapeuta porque cree que algo extraño le ha ocurrido.
“No hay mujeres frígidas sino hombres inexpertos”, rezaba un dicho que cada vez se oye menos. No es justo culpar a los demás de nuestros problemas o limitaciones, lo que no descarta que todavía siga habiendo hombres y mujeres ineptos en materia erótica y, lo peor de todo, con pocas intenciones de aprender, puesto que creen que se han revisado ya el temario entero
3 comentarios:
El problema del sexo, sobretodo en países con una honda raigambre religiosa que lo ve como un pecado o como algo punible y reglado, es que por una parte, es sobrevalorado negativamente, y minusvalorado positivamente; es decir, se le tiene un cierto temor y ello causa que no se vea como un placer, como una forma de relación y conocimiento, como amor, y como algo más que la simple reproducción.
Por eso, en muchos matrimonios no existe el diálogo sobre un tema que las religiones, y ciertas sociedades, convierten en tabú, cuando no debería de serlo, y su enseñanza sin prejuicios debiera de comenzar en la escuela, con el consiguiente cabreo del Obispado.
Saludos.
Particularmente me cansa el tema de relacionar la religiosidad con la frigidez y el tabu. Soy católico practicante y siempre he vivido el sexo con mi pareja considerandolo importantisimo en nuestra relación, y con gran entusiasmo y complacencia. Pero en nuestra relación hay dialogo claro y ganas de enriquecer a la pareja, constantemente, hasta ahora superada ya la menopausia, seguimos muy activos, dentro de nuestras posibiliadades.
Antes había falta de educación sexual.
Publicar un comentario